martes, 12 de abril de 2011

El cultivo de la calabaza ecológica


Suelo:
Crecen en cualquier tipo de suelo de calidad, que no se seque con rapidez y un lugar con mucho sol.
Plantación:
Precisan mucho terreno para su crecimiento normal, pues se desarrollan horizontalmente.
Las calabazas comunes se siembran en el lugar definitivo después de que las heladas hayan pasado.
Puede sembrarse en semillero protegido si se desea adelantar el cultivo, trasplantando después cuando las matitas tengan dos o tres hojas, o progresivamente hasta el comienzo del verano.
La plantación, sea por semilla o trasplantando las plantitas desde el semillero, se realiza enterrando dos o tres pepitas juntas en cada hueco, separados unos dos metros para prevenir el posterior desarrollo; si la variedad es para producir calabacín se siembra en bancales; algunas variedades de calabacín son trepadoras y requieren tutores.
Se dejará 10-12 cm entre líneas y 10-12 cm entre plantas dentro de la misma línea, distanciados entre sí 50-60 cm, sobre los que se disponen dos líneas de plantas distanciadas a 30-35 cm y 10-15 cm entre plantas.
Las calabazas necesitan entre 1 m o 1,8 m de espacio entre cada planta, por ello es mejor prepararlas por separado.
También se realiza la plantación en caballones y apretando la tierra para favorecer el arraigo. Seguidamente se dará un riego, repitiéndolo a los 8-10 días.
Otro tipo de cultivo consiste en sembrar directamente en el terreno.
Riego:
Cuando las plantas estén creciendo con fuerza, vigile que no les falte agua.
Es importante realizar riegos y escardados frecuentes.
Plagas y enfermedades de la calabaza:
- Pulgón negro.
- Araña roja.
- Mosca blanca.
- Orugas.
- Oidium.
- Mildiu.
- Nematodos.
- Podredumbres grises y blancas.
- Virus: diversos mosaicos.

Enfermedades:
Mildiu y Oídio son los hongos más importantes y graves. Frecuentes.
Se previenen aplicando regularmente los productos típicos, como el caldo bordelés.
Las enfermedades fúngicas en las calabazas comunes se pueden prevenir colocando bajo el fruto un soporte que impida su contacto con el suelo.
Recolección:
Cuando los frutos maduran, cambian de color y su piel se endurece, ya estarán listos para su recolección.
La recolección de las calabazas se realiza en otoño, dejando siempre un pedúnculo de unos pocos centímetros, sobre todo si se pretenden almacenar

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