jueves, 3 de marzo de 2011

El cultivo del apio ecológico


Es una planta bianual autóctona que se aprovecha más como condimento que como hortaliza, debido a su apreciado aroma y sabor. Requiere una situación soleada y un clima de templado a caluroso, pues no tolera los fríos rigurosos ni las heladas.
Necesita suelos profundos, blandos y bien trabajados, fértiles y con una elevada riqueza orgánica. La podemos colocar en los extremos del huerto para aprovechar los márgenes del mismo.
Reproducción
En zonas frías, lo más habitual es realizar la siembra en semillero protegido con cama caliente desde enero hasta abril; en climas suaves, se siembra directamente en el bancal desde abril a junio.
Al cabo de unos dos meses, cuando los plantones cuenten con 5 hojas y una altura de unos 15 cm, se trasplantan en surcos paralelos a unos 10 cm de profundidad, para favorecer el blanqueo de las pencas. El marco debe ser de 30 x 40 cm. También es posible la compra de plantones enraizados en primavera.
Cuidados
Le convienen binas y escardas regulares para mantener el terreno bien removido y despejado de malas hierbas. Durante la primavera, debemos realizar los aclareos oportunos de los lugares de siembra.
Cuando las plantas hayan alcanzado su completo desarrollo (en verano para las primeras siembras y en otoño para las segundas), se debe realizar el aporcado del terreno para favorecer el blanqueo de los tallos.
A veces conviene ir despuntando cada ejemplar si vemos que va para subir la flor. Se debe regar con regularidad durante el período de crecimiento, y son necesarios abundantes riegos durante el verano. Realizando acolchados del terreno, conservaremos mejor su humedad.
Recolección
Durante el verano y principios de otoño, iremos recolectando las matas más avanzadas, enteras, cuando vayan presentando una medida correcta . Si no hemos realizado el aporcado para el blanqueo antes, podemos conseguir el color blanco envolviendo la parte baja de la planta con un torro de cartón ondulado de unos 15 cm de alto.
Enfermedades
  • Mosca del apio: las larvas de esta mosca penetran en la raíz de la planta excavando galerías y provocan en ella tumoraciones y necrosis.
  • Roya: Esta enfermedad fúngica ocasiona la aparición de manchas foliares circulares y de tonos parduscos.

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